Argentina y Brasil retoman estudios hacia una moneda en común. Expertos la ven inviable y no a corto plazo.

La idea no es nueva, se planteó desde el 2019 pero la pandemia detuvo el avance del proyecto. Sin embargo, con la reciente entrada de ‘Lula’ Da Silva al gobierno de Brasil y su estrecha amistad con su homólogo argentino Alberto Fernández, renació la posibilidad de la creación de una moneda única entre ambos países.

A diferencia de lo que sucede con el euro en la Unión Europea, se piensa en un principio como una herramienta para promover y facilitar el comercio bilateral entre Argentina y Brasil. La moneda tendría el nombre de “Sur” y funcionaría de forma paralela al peso argentino y al real brasileño. Sin embargo, no se descarta que se buscaría que la misma fuera el primer paso para que más adelante otros países de la región se pudieran adherir a ella.

De inicio su objetivo de esta moneda común se plantea para “reducir costos operativos” y la “vulnerabilidad externa”; además de que podría impulsar el comercio regional y reducir la dependencia del dólar estadounidense. Como un ejemplo, para Argentina, Brasil es el primer destino de exportaciones, con el 14% de las ventas, del cual más del 60% de lo que se vende al país vecino son manufacturas industriales. En cambio, Brasil, más allá de sus exportaciones de commodities como la soja o el petróleo, necesita fortalecer sus manufacturas industriales, donde su principal socio es Argentina”.

Aunque no todos están optimistas de que esta idea pueda ver la luz en un corto plazo, pues primero se tendrían que resolver otros factores que imposibilitan su desarrollo.

Expertos en finanzas ven como uno de los principales objetivos a vencer las tasas de interés (14% en Brasil y 75% en Argentina); otro sería el control de la inflación. Hay enormes diferencias económicas entre Brasil y Argentina, que van desde que el volumen de reservas de divisas en el primero es mucho mayor que el del segundo, hasta que la inflación argentina es más de 10 veces superior a la brasileña.

Dadas las diferencias entre las dos economías, cabe la duda respecto a si la brasileña (de mayor tamaño) debería depositar los mayores esfuerzos de financiación para lograr que la argentina se ponga al mismo nivel de competitividad y estabilidad, como sucedió en el caso europeo.

En cambio, los expertos ven que se podrían aplicar otro tipo de medidas que podrían beneficiar de inicio a ambas economías, pues se puede ir por etapas, en la que la primera sea reforzar el sistema de monedas locales.

Por lo pronto, Brasil y Argentina firmarán un acuerdo bilateral para la creación de un fondo de garantía para estimular las exportaciones brasileñas. Funcionarios de ambos países se reúnen desde el domingo en la cumbre de la CELAC en Buenos Aires.