Sobre la rocosa colina de la Acrópolis, emerge una de las maravillas del mundo, a lo alto , el espléndido edificio que en su día albergó la gran estatua de la diosa Atenea, el templo que fue el símbolo y orgulloso emblema de la ciudad de Pericles, en los tiempos de mayor gloria de la democracia ateniense, el Partenón.
Erigido entre los años 442 y 432 A.C. el Partenón la maravilla griega que recibe millones de visitantes anualmente.
La ciudadela había sido arrasada en 480 a.C. por los persas, que pegaron fuego a sus muros y destruyeron el antiguo Partenón, pero Pericles decidió reconstruirla con un nuevo esplendor que expresara el poderío de Atenas. Ese plan incluía la construcción de la gran escalinata de los Propileos, el vecino templo de Erecteo, el templete dedicado a la Victoria y el espectacular Partenón, en honor de la diosa patrona y protectora de la polis, Atenea Virgen (Parthénos).
Convertido en iglesia bizantina, luego en catedral católica y al final en mezquita, el Partenón se conservó casi intacto hasta que en 1687 un bombardeo veneciano prácticamente lo destruyó.