Qué bonito es hablar de lo bonito y qué satisfactorio sería hablar de un México de primer mundo.
Desafortunadamente hoy no puede ser porque de por sí, hablar de una pandemia es hablar de muerte y por ende de orfandad, de viudez, de tristeza por haber perdido a un amig@ a un familiar o a personas cercanas.
La pandemia ya sabemos: trajo desempleo, rupturas emocionales y familiares, grandes empresas cerraron y bueno, ni hablar de los negocios micro, pequeños o familiares que totalmente desaparecieron.
El mundo se detuvo y la educación no fue la excepción.
La pandemia exhibió la fragilidad de nuestro sistema de salud y de nuestro sistema educativo.
Nos dimos cuenta que el proceso de educación en lo que va de la pandemia ha sido nulo o deficiente .
Se habilitan clases en línea en un país en donde la cobertura de internet está restringida no solo por la geografía del mismo, sino también porque se está sujeto a las posiblidades económicas de las familias para obtener un “plan”con los gigas suficientes y bueno, qué decir de la posibilidad de tener una o más computadoras, una tablet o un teléfono celular (porque seguramente hay más de dos hijos).
Ahora, también se impartieron clases por televisión pero qué creen? la misma historia hay comunidades indígenas y alejadas que no tienen señal y mucho menos televisión .
Así las cosas el regreso a clases será algo así como ……“en qué nos quedamos” ? aunque la SEP es capaz de
“pasar de año ” a los alumnos con tal de “quedar bien” y dar “buenos resultados” en sus reportes al jefe.